Es llamativo la cantidad de gente que se plantea la pregunta de si un robot aspirador sería capaz de atacar a u dueño o dueña, ya sea por pura curiosidad o por verdadero temor. El caso es que a muchos se les ha pasado por la cabeza, y como especialistas en la materia, teníamos que tomar partido y ejercer de jueces acusadores o liberadores en perjuicio o beneficio de los robots aspiradores. ¡Que empiecen las deliberaciones!
Pensar que un robot aspirador puede atacar a su dueño, entendiendo por atacar (citamos RAE) «acometer una ofensiva» con el objetivo de «perjudicar o de destruir», significaría atribuirle al aparato la capacidad de pensar y tomar decisiones por sí mismo.
Como sabemos, muchos robots aspiradores están dotados de inteligencia artificial (con un mayor o menor grado de sofisticación), y el debate ético, moral e incluso legal, acerca del uso de ésta da para reflexiones muy profundas e interesantes. Pero no hace falta extenderse demasiado para arrojar luz sobre el caso que nos ocupa, y entender que esa inteligencia ha sido creada y programada por el hombre para acometer las funciones de limpieza del suelo que se le presuponen a un robot aspirador.
El punto de partida de la duda sobre si un robot aspirador podría atacar a una persona puede asentarse en una mala experiencia personal (un desencuentro máquina-humano de cualquier tipo: un tropezón -lo más habitual-, un encendido no programado en mitad de la noche, una riña entre mascota y robot aspirador, etc.), o también en noticias como la del «ataque» en 2015 de un robot aspirador a una mujer de 52 años en Corea del Sur, que detrás del titular escondía una situación bastante embarazosa, pero que no podríamos catalogar precisamente como ataque, y que consistió en la absorción y posterior estancamiento del pelo de la víctima por parte del robot aspirador.
Cuando uno lee cosas así, si tiene un robot aspirador o piensa tenerlo, la única lectura que debe sacar es que no se debe permanecer tumbado en el suelo cuando un robot aspirador está trabajando cerca. Ni permanecer tumbado, ni hacer el pino, ni nada parecido. Es como decir que no debemos pisarlo, o que no debemos mantenernos próximos al aparato si tenemos unas escaleras cerca (sobre todo, en bajada). Como recomendación general, de hecho, deberíamos programar nuestro robot aspirador únicamente cuando estemos fuera de casa (la mayoría vienen preparados para eso). Porque de lo contrario, más que de ataque de un robot aspirador a su dueño, tendríamos que hablar de una provocación en sentido dueño-robot.
Partiendo de esta base, es poco frecuente, pero podemos considerar que un robot aspirador pierda el control en un momento dado con motivo de un deterioro o defecto técnico, y haga lo que no debe. Pero de ahí, a hablar de ataques de robots aspiradores a personas, hay un trecho. Sobre el tema hay mucha fantasía, como la que desborda este divertido cortometraje casero elaborado por unos adolescentes:
Luego estaría el tema de los robots con cámara y con capacidad de control remoto, que podrían ser dirigidos remotamente por una persona para asediar o atacar a alguien que esté en casa. Es bastante retorcido, pero incluso en ese caso, no podríamos hablar de un robot aspirador que ataca a una persona, sino de una persona que usa un robot aspirador para intentar atacar a otra persona.
Por si hiciera falta, concluiremos diciendo claramente que no, que un robot aspirador no puede atacar a nadie, aunque sí puede provocar accidentes de forma fortuita si quienes los usamos, no tenemos todo el cuidado que hay que tener. De cualquier manera, si observas que tu robot aspirador tiene comportamientos inesperados, no dudes acudir al servicio técnico para descartar cualquier posible anomalía o avería.