Muchos aparatos y dispositivos de limpieza basados en aspiración utilizan filtros para retener las partículas de suciedad y los ácaros capturados, y evitar así que vuelvan a salir al aire. Uno de los tipos de filtros más utilizados es el filtro HEPA, ya que posee unas magníficas propiedades de filtrado. Sin embargo, a pesar de su eficacia, los filtros acaban desgastando o ensuciando en exceso, haciendo que pierdan capacidad de filtración. ¿Qué hay que hacer en esos casos? ¿Se puede lavar un filtro HEPA?
Muchos usuarios, con el objetivo de no tener que invertir más dinero en nuevos filtros de repuesto, deciden lavar el filtro HEPA de su aspiradora o robot aspirador, y volverlo a poner a para seguir utilizándolo. Por desgracia, esta práctica tan extendida no es nada recomendable… ¿Quieres saber por qué?
¿Es malo lavar el filtro HEPA?
Lo cierto es que, por norma general, los filtros HEPA no son lavables. El motivo es que, con el agua o los jabones empleados en su lavado, se reducirían notablemente sus magníficas propiedades de filtrado, reduciendo su eficacia en una alto porcentaje. ¿Esto qué quiere decir? Pues que si utilizamos un filtro HEPA lavado en nuestra aspiradora, estaremos devolviendo al aire una buena parte de los ácaros, los alérgenos y las partículas de suciedad que acabamos de aspirar.
Entonces¿ cómo hay que limpiar un filtro HEPA?
Para que el filtro HEPA de nuestro robot aspirador nos dure más tiempo a pleno rendimiento, hay que limpiarlo de manera más o menos regular. Aproximadamente, cada 2 ó 3 meses. ¿Y cómo se limpia un filtro HEPA, si no podemos lavarlo?
La forma de limpiarlo es muy sencilla, como te explicaremos a continuación. Lo primero que hay que hacer es apagar el aparato en cuestión (la aspiradora, el robot aspirador, etc.) y desconectarlo de la corriente. A continuación, abrimos el compartimento del filtro, siguiendo las instrucciones del fabricante (en el manual suele venir detallado el modo de apertura de dicho compartimento). Seguidamente, extraemos el filtro con cuidado y procedemos a limpiarlo.
Para ello, nos serviremos de una aspiradora adicional, en la que pondremos el modo de máxima potencia, y utilizaremos el cabezal de tipo cepillo en la boca de succión. Daremos varias pasadas por ambas caras del filtro HEPA para asegurarnos de capturar todo el polvo y todas las partículas que se encuentren adheridas a sus paredes. Trataremos también de actuar entre los pliegues del filtro, pues es ahí donde habrá más suciedad acumulada.
Con el filtro HEPA limpio, tocará adecentar también el lugar donde se coloca, pues también habrá suciedad acumulada. Para ello, utilizaremos un paño o gamuza pequeño, ligeramente humedecido, con el que atraparemos el polvo que haya.
Con el compartimento también limpio, ya podemos volver a colocar el filtro HEPA en su posición, cerrar el compartimento, y tendremos la aspiradora o el robot aspirador listos para volver a funcionar con la misma eficacia que el primer día.
Eso sí, la operación de limpieza del filtro HEPA no la podrás hacer eternamente… Cuando el filtro esté ya demasiado gastado, y ni limpiándolo consigamos los resultados que buscamos, será el momento de sustituir el filtro por uno nuevo de repuesto.